¡Herejía! Tintori no complació a Monseñor Porras
Publicado: 18/07/2016 10:21 PM
Este lunes, el arzobispo de Mérida, Monseñor Baltazar Porras, acusó al Gobierno regional, y también al Ejecutivo Nacional, de no haber mostrado mayor interés por los jóvenes seminaristas que el pasado primero de julio fueron vistos desarrollando proselistimo político a favor del partido de ultraderecha, Voluntad Popular (VP) y de la agrupación Rescate Venezuela (RV) que comanda Lilian Tintori.
“Ninguna instancia oficial ni siquiera se ha preocupado por preguntar por los muchachos, preguntar qué sufrieron”, reclamó desde el estado andino, agregando que las autoridades, tanto locales como nacionales, se han dedicado (según él) a “sencillamente darle un vuelco y querer enredarlo todo en una especie de plan macabro, plan en contra del Estado, cosas que son absurdas y sin ningún sentido”.
Las declaraciones del vocero católico en Mérida se producen 15 días después de haber solicitado a Tintori, negar la participación de “los muchachos” en la acción política de VP y RV, obteniendo como respuesta -triste y desventurada- un aterrador silencio de parte de la citada.
La actitud poco complaciente de la señora de López hacia el angustiado prelado, podría tener su explicación ante la contundencia de su confesión pública el mismo día cuando en rueda de prensa declaró que los referidos “son seminaristas, gente buena, gente sana, gente llena de amor, gente que quiere una mejor Venezuela, que quiere rescatar los valores”, cerrando el segmento con un contundente: “Gente que está con nosotros”.
El desespero de Porras ante la nula solidaridad de quien se beneficiaba de la “gente que está con nosotros”, es obviamente comprensible. Sobre todo, cuando él mismo reveló dos días después de los presuntos hechos, las consecuencias que podría tener vincular a la iglesia con ambas organizaciones contrarrevolucionarias.
El gancho que el Monseñor lanza al Gobierno, solo explica y deja al desnudo el desespero que le produjo la soledad en que lo dejó su amiga derechista, lo cual, tomando sus propias palabras, sí parece un plan macabro creado a partir de una conducta absurda y sin sentido.
¡Eso no se le hace a los panas!