La Cruz Roja como fachada de la USAID en la región

Los mismos que financian las guerras son los mismos que financian las ayudas
redcross.com

Publicado: 04/08/2023 09:00 PM

El negocio de la guerra no sólo se refiere a la compra y venta de armamento, además de eso participan una gran cantidad de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que reciben millones de dólares para la atención de las víctimas que generan, lo cual se convierte en una estrategia atractiva para intervenir en los países. La Cruz Roja es una de ellas.

La Cruz Roja tiene su origen en la guerra de Solferino en 1859, en la que Francia y Austria lucharon por la unidad de Italia y es en 1863 cuando se funda formalmente en Ginebra, Suiza, por el banquero Henry Dunant. La historia de este movimiento es la de las personas que a lo largo de los años han sufrido las consecuencias humanitarias de los conflictos y la violencia ocurridos por la toma de energía, recursos y territorios en el sur global, es decir, guerras que no se escenifican en EEUU ni en Europa, pero que son estos quienes las promueven.

Los que financian las guerras hacen lo mismo con las ayudas, en los países latinoamericanos existe una relación directa entre las actividades realizadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) y las operaciones humanitarias lideradas por la Cruz Roja. Hemos visto su presencia en conflictos armados internos en países como Guatemala, Honduras, México y El Salvador, financiados por la USAID y a su vez, atendidos por la Cruz Roja.

A través de la USAID, las ONG reciben financiamiento para concretar su agenda de intervención en los países a través del contacto directo con los ciudadanos y la Cruz Roja es uno de ellos. En su portal web explica que “es una organización comunitaria que previene y alivia el sufrimiento humano que causa una emergencia, movilizando el poder de los voluntarios y la generosidad de los donantes”.

Las ONG han sido de mucha utilidad para la USAID en las actividades injerencistas en nuestro país. En un informe anual llamado “Crisis Regional por la situación de Venezuela, Emergencia Compleja”, esta organización informó que en el año 2020 existían 7.5 millones de personas necesitadas en Latinoamérica y de esa cantidad, 5.6 millones eran refugiados venezolanos, que además, para atender esa población en riesgo, dispusieron 762.5 millones dólares y proyectaron 1400 millones para el 2021. De acuerdo a sus estimaciones, esta agencia solicitó para el 2022, 795 millones dólares y proyectó 1700 millones de dólares para el 2023.

Como era de esperarse, no dan detalles en el informe respecto al manejo del dinero invertido, ni las Instituciones que lo reciben ni cómo lo gastan. De la misma manera, la Cruz Roja no presenta cuentas a los gobiernos que los financian, ni en los que realizan sus actividades, solo a grandes rasgos explican en su portal en internet que “reciben contribuciones de los Estados partes del Convenio de Ginebra, de las Sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, de Organizaciones supranacionales como la Unión Europea y de fuentes públicas y privadas, por supuesto, sin revelar sus nombres.

Esta organización trabaja en conjunto con actores interesados en derrocar el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, utilizan como plataformas las sedes de la Cruz Roja de los países de la región para su intervención y  promover la desestabilización en Venezuela.

En 2019, durante la Batalla de los Puentes en la frontera entre Colombia y Venezuela, la Cruz Roja utilizó sus sedes regionales para apoyar la entrada de material bélico disfrazado de ayuda humanitaria dirigida por el diputado autoproclamado Juan Guaidó. El portal alemán DW detalló para la fecha, en sus noticias, que “El Gobierno de Maduro mantiene bloqueado el puente por el que ingresaría la ayuda, la Cruz Roja de Chile lanzó este jueves 07 de febrero una campaña de recolección de medicamentos para la población venezolana e instó al presidente constitucional a permitir la llegada de ayuda humanitaria”.

Patricio Acosta, presidente de la Cruz Roja chilena, declaró que “Cúcuta es uno de los tres puntos de acopio, junto a Brasil y Puerto Rico, de la ayuda humanitaria que Guaidó anunció el sábado pasado”. Destacando las gestiones organizadas con éstas Instituciones, Acosta comentó que “para la entrega, estaban coordinados con el Gobierno de Colombia y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en la que participa además la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)”.

Para el 28 de octubre del 2019 el portal Diálogo Américas publicó que Mark Green, administrador de la USAID, anunció el 24 de septiembre junto a legisladores venezolanos, activistas de derechos humanos y Carlos Vecchio, representante de Juan Guaidó en los EEUU, la “donación de 52 millones de dólares para ayudar al presidente interino, a su Gobierno y al Pueblo venezolano, a restablecer una gobernabilidad democrática que brinde respuestas a los habitantes del país”. Añadió que “este dinero irá a programas que apoyen a la Asamblea Nacional de Venezuela, a los medios de comunicación independientes, a la sociedad civil y a la restauración del sector salud a través de la Cruz Roja y otras ONG”.

Green afirmó además en esa oportunidad que “estos nuevos fondos destinados a programas dentro de Venezuela se suman a los 376 millones de dólares en asistencia humanitaria que ya brindó el gobierno de EEUU, en respuesta a la crisis regional venezolana, que incluye apoyo esencial gestionado por la Cruz Roja Internacional para los venezolanos en situación de vulnerabilidad y para las comunidades que los acogen en Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y otros lugares de la región”.

Sin embargo, no se tiene conocimiento de las asistencias humanitarias que con estos fondos se realizan, tampoco se evidencian registros de actividades relacionadas con refugiados venezolanos en la región, más allá del dinero manejado para su atención.

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO

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