Opinión: Jaime, Timochenko y Santos



Publicado: 24/06/2016 10:07 AM

A las siete de la mañana del domingo, Jaime se levantó de su cama. Había soñado que su novia estaba embarazada, y la sensación que tenía al despertar era de miedo y alegría a la vez. Se cepilló los dientes de la forma abrupta y rigurosa de siempre, tomó una taza de café tinto recién hecho y agarró un cambur de la mesa. Su abuela le gritó desde el patio: "Jaime, no salga sin comer algo serio". A lo cual contestó el joven: "Ya regreso, mi doña, voy a comprar los cigarros y regreso".

- Muy buenos días Anita, vine por mi cajetilla

-Hola Jaime, ya se la traigo.

Un hombre regordete se acercó: Buenos días, ¿Jaime?

- Sí, diga.

- Adiós.

Tres disparos sonaron seco y cayó Jaime tendido en la acera. Al poco tiempo ya no respiraba. Una moto de alta cilindrada recogió de inmediato al atacante en medio del alboroto de los perros y los gritos de doña Ana, quien le había vendido a Jaime desde sus primeras golosinas infantiles hasta su última cajetilla de cigarros.

Cientos de miles de Jaimes han caído en Colombia producto de un conflicto político-militar que lleva más de cinco décadas cobrando vidas.

Hoy, un proceso de pacificación del conflicto político se apodera del escenario internacional. La burguesía colombiana y la insurgencia han logrado, cientos de miles de Jaimes después, acordar otras formas de resolver las diferencias, antagónicas o no, y están cerrando las puertas a la guerra para intentar otros escenarios del conflicto político.

Dijo Timochenko, jefe de las FARC-EP: "No es una capitulación de la resistencia, sino el producto de un diálogo entre dos fuerzas que se enfrentaron más de 50 años". Juan Manuel Santos escribió en su cuenta twitter: "Rumbo a la Habana a silenciar para siempre los fusiles".

Bien por ellos. Timochenko, además, hizo un tributo a Chávez por haber sido un promotor fundamental de la paz en Colombia.

Los ayudó el hecho de reconocerse como fuerzas beligerantes, existentes, concretas.

Mientras tanto, la ultraderecha venezolana, en su afán de desconocer la enorme fuerza histórica que es el chavismo, no cesa en su interés de derramar millones de litros de sangre en nuestro suelo. Esa es la gente decente y pensante de este país.

Willey Peñuela @WilleyP

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