"Que empiece la diversión": La frase de Clinton que inició la guerra económica en Venezuela



Publicado: 28/07/2016 04:45 PM

Gracias a unos correos electrónicos filtrados por WikiLeaks, la gestión de Hillary Clinton como secretaria de Estado de Estados Unidos (EEUU), quedó al descubierto como intervencionista y golpista. Cuando aún ejercía el cargo le preguntó al subsecretario de asuntos hemisféricos, Arturo Valenzuela como podía echar a Hugo Chávez del poder y Valenzuela sugirió buscar ayuda en la región entre los socios más cercanos a los Estados Unidos para “minar el poder”  del Comandante.

La información filtrada por los correos no dejan lugar a dudas sobre la permanente intervención encubierta en contra de Venezuela y los gobiernos progresistas de la región, tales como Cuba y Ecuador. WikiLeaks descubre la estrategia que desde 2006 la embajada de Estados Unidos llevaba a cabo en contra de un presidente electo democráticamente como Chávez, la idea era llevar a cabo: "una creativa propaganda de EEUU, dirigida a los socios regionales de Chávez, que abriría una brecha entre él y ellos".

Una de las situaciones expuestas, revela como la agencia federal del Gobierno de EEUU, encargada de supervisar todas las transmisiones de radio y televisión no militares del Gobierno federal (BBG), le pidió a Hillary Clinton aumentar los fondos con el fin de "luchar contra los esfuerzos de la diplomacia pública de los enemigos de América".

El presidente de la agencia, Walter Isaacson, identificó como esos enemigos a; Irán, Venezuela, Rusia, y China. Con esto se logró aumentar el presupuesto anual de la BBG a unos 750 millones de dólares. La agencia incrementó entonces las actividades en los países mencionados. Y la secretaria de estado, Clinton respondió con un correo electrónico que demuestra lo poco que le puede importar lo serio de una intervención a países soberanos: "¡Que empiece la diversión!"

Desde principios de la década de 1970, el Gobierno estadounidense llevó a cabo diversas políticas subversivas e intervencionistas en América Latina, cuyo único fin es socavar a los gobiernos elegidos democráticamente, por lo general de izquierda.

Estas políticas agresivas, intervencionistas y depredadoras siguen en la actualidad y si Hilary Clinton es electa presidenta, es muy probable que permanezcan las intenciones de acabar con la Revolución Bolivariana y con cualquier gobierno progresista.

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