191 años de profecía de Bolívar: EEUU destinados a plagar la América de miserias en nombre de la libertad
Publicado: 05/08/2020 06:00 AM
El 5 de agosto de 1829, hace 191 años, el Libertador Simón Bolívar, escribió en Guayaquil, una carta dirigida al coronel Patricio Campbell, considerada como profética, al plasmar la genialidad de hombre de tiempos adelantados, al visualizar la gran amenaza que significaba para los pueblos del sur, el imperio que nacía en los Estados Unidos.
El pensamiento de Simón Bolívar fue contrario a toda forma de dominación extranjera sobre los pueblos. Las alianzas tácticas que estableció con los ingleses, por ejemplo, siempre tuvieron la claridad del carácter principista, no transigible de esta condición. La soberanía popular y la independencia nacional constituyen en el ideario bolivariano lo medular en lo político.
En la carta al
Coronel Campbell contiene la más premonitoria advertencia antiimperialista
de todos los tiempos y latitudes. Lo hace con signo de interrogación, porque está
reflexionando sobre lo que serían capaces de hacer los Estados Unidos para
evitar la independencia, unión y fortalecimiento de Nuestra América. Los
consideraba capaces de cualquier cosa.
Es en esta carta lanza su
proclama: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia
a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”. A continuación el mensaje completo del Libertador:
Simón
Bolívar
Guayaquil, 5 de agosto de 1829.
Mi
estimado coronel y amigo:
Tengo la honra de acusar a Ud. el
recibo de la apreciable carta de Ud. de 31 de mayo fecha en Bogotá.
No puedo dejar de empezar por dar
a Ud. las gracias por la multitud de bondades que Ud. derrama en toda su carta
hacia Colombia y hacia mí. ¿Cuántos títulos no tiene Ud. a nuestra gratitud? Yo
me confundo al considerar lo que Ud. ha pensado, lo que Ud. ha hecho desde que
está entre nosotros por sostener el país y la gloria de su jefe.
El ministro inglés residente en
los Estados Unidos, me honra demasiado cuando dice que espera en Colombia sola,
porque aquí hay un Bolívar. Pero no sabe que su existencia física y política se
halla muy debilitada y pronta a caducar.
Lo que Vd. se sirve decirme con
respecto al nuevo proyecto de nombrar un sucesor de mi autoridad que sea príncipe
europeo, no me coge de nuevo, porque algo se me había comunicado con no poco
misterio y algo de timidez, pues conocen mi modo de pensar.
No sé que decir a Ud. sobre esta
idea, que encierra en sí mil inconvenientes. Ud. debe conocer que, por mi
parte, no habría ninguno, determinado como estoy a dejar el mando en este
próximo congreso, mas ¿quién podrá mitigar la ambición de nuestros jefes y el
temor de la desigualdad en el bajo pueblo? ¿No cree Ud. que la
Inglaterra sentiría celos por la elección que se hiciera en un
Borbón? ¿Cuánto no se opondrían todos los nuevos estados americanos, y los
Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para
plagar la América de miserias a nombre de la
Libertad ? Me parece que ya veo una conjuración general contra esta
pobre Colombia, ya demasiado envidiada de cuantas repúblicas tiene la
América. Todas las prensas se pondrían en movimiento llamando a una nueva
cruzada contra los cómplices de traición a la libertad, de adictos a los
Borbones y de violadores del sistema americano. Por el Sur encenderían los
peruanos la llama de la discordia; por el Istmo los de Guatemala y Méjico, y
por las Antillas los americanos y los liberales de todas partes. No se quedaría
Santo Domingo en inacción y llamaría a sus hermanos para hacer causa común
contra un príncipe de Francia. Todos se convertirían en enemigos sin
que la Europa hiciera nada por sostenernos, porque no merece el Nuevo
Mundo los gastos de una Santa Alianza; a lo menos, tenemos motivo para juzgar
así, por la indiferencia con que se nos ha visto emprender y luchar por la
emancipación de la mitad del mundo, que bien pronto será la fuente más
productiva de las prosperidades europeas.
En fin, estoy muy lejos de
oponerme a la reorganización de Colombia conforme a las instituciones
experimentadas de la sabia Europa. Por el contrario, me alegraría infinito y
reanimaría mis fuerzas para ayudar en una obra, que se podrá llamar de
salvación y que se conseguiría no sin dificultad sostenidos nosotros de la
Inglaterra y de la Francia. Con estos poderosos auxilios
seríamos capaces de todo, sin ellos, no. Por lo mismo, yo me reservo para dar
mi dictamen definitivo cuando sepamos que piensan los gobiernos de Inglaterra y
de Francia sobre el mencionado cambio de sistema y elección de dinastía.
Aseguro a Ud., mi digno amigo y
con la mayor sinceridad, que he dicho a Ud. todo mi pensamiento y que nada he
dejado en mi reserva. Puede Ud. usar de él como convenga a su deber y al
bienestar de Colombia. Está es mi condición, y en tanto reciba Ud. el corazón
afectuoso de su atento obediente servidor.
Bolívar.
PRENSA MPPPCI