A 29 años de la Masacre de Macarao (+CAP)

Pérez justificaba la privatización del proceso educativo nacional, tratando de obviar el abandono masivo de la educación pública
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Publicado: 20/11/2020 09:00 AM

Más de 50 estudiantes fueron asesinados en el país,  durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP), comprendido entre 1989-1993, siendo altamente reprimidos por los funcionarios de las fuerzas de seguridad del gobierno adeco, tras manifestar por la aprobación del derecho al pasaje estudiantil.

 Pérez  justificaba la privatización del proceso educativo nacional, tratando de obviar el abandono masivo de la educación pública.

En noviembre de 1990, CAP se pronunció a favor de prohibir las interrupciones de tránsito y la toma de establecimientos, calificándolas como acciones de violencia. Eso estimuló la actuación hostil de los cuerpos policiales.

Entre marzo y noviembre de 1991, ocho estudiantes fueron asesinados a cargo de agentes del orden en distintas ciudades del país,  Rubén Darío Cárdenas, alumno de la Universidad de Los Andes (ULA) en Trujillo, murió en marzo a causa de una herida en la vena femoral mientras huía de la policía.

Ya en noviembre del mismo año, un autobús atropelló al estudiante Jimmy Hernández, causándole la muerte en el acto, tras manifestar frente al Liceo Andrés Bello, ubicado en Caracas, por el reconocimiento de los derechos estudiantiles y el fortalecimiento de un sistema educativo público y gratuito con énfasis en el acceso de la mayoría de la población.

Sin embargo cinco días después de ese terrible hecho ocurrió la Masacre de Macarao, producto de toda la represión antes mencionada, donde agentes de la Policía Metropolitana (PM), asesinaron a Darwin Capote y a José Gregorio Vergara, ambos de 17 años de edad y estudiantes del Liceo Juan Lovera, así como también al soldado José Humberto López Arias de 21 años de edad.

Manifestantes de la época reseñaron que se vieron en la obligación de asumir la bandera de reclamo a favor del pasaje estudiantil en el momento, situación que incomodó por completo al gobierno, inculcándole a la Policía Metropolitana un odio en contra de los estudiantes, así lo detalla Elvis Zerpa, dirigente estudiantil de la década de los 90, quién a su vez expresó que los efectivos policiales, sacaban el contenido de las balas para rellenarlas con tuercas, metras, y pedazos de hierro.

A 29 años de los hechos ocurridos en Macarao, el pueblo aún recuerda y cataloga como héroes a cada uno de los estudiantes que murieron tras la represión de los cuerpos de seguridad por defender sus derechos.

FUENTE: RESOLVER

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