Chávez dejó su firma imborrable en una nueva y propia doctrina militar venezolana
Publicado: 28/07/2021 07:49 AM
Hugo Chávez Frías
será recordado a lo largo de la historia por su irrepetible liderazgo, su
inigualable verbo, sus cualidades políticas y, sobre todo, por el amor que
sentía por la carrera castrense, la cual ofrendó al pueblo venezolano guiando la
rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1992.
Chávez ingresó a
la escuela del Ejército de la Academia Militar Bolivariana en el
año 1971, de donde egresó cuatro años más tarde ostentando el título de Licenciado en Ciencias y Artes Militares
y el rango de sub teniente.
Tras su salida de la hoy Universidad Militar Bolivariana
(casa de estudio que fue refundada bajo su visión estratégica), Chávez se dedicó a formarse para la
defensa del país. Esta preparación, junto al panorama político corrupto que se
vivía en la Cuarta República, llevaron al Comandante Supremo a
desarrollar una nueva doctrina castrense que trascendiera “los cuarteles” e
involucrara a todo el pueblo en el resguardo de nuestro territorio y soberanía.
Es así como, tras su llegada al poder en el año 1999,
comenzó a impulsar la unión entre el estamento militar y el estamento civil,
apartando a los hombres y mujeres de uniforme de la concepción bajo la que
muchos fueron formados y que los alejaba de su carácter popular.
Las bases de esta nueva visión estratégica del Comandante
Supremo reposan, en primera instancia, en el artículo 326 de nuestra Carta
Magna en donde se establece: “La seguridad de la Nación se fundamenta
en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar
cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz,
libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y
afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de
las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas,
sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura
para la comunidad nacional. El principio de la corresponsabilidad se ejerce
sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental
y militar.”
Con esta disposición en la Constitución se establece,
de forma taxativa, la necesidad de que el pueblo junto a la Fuerza Armada
trabajen de forma consustanciada para avanzar en el desarrollo en todos los
aspectos de la vida económica, política y social del país, a fin de lograr la
necesaria invulnerabilidad ante posibles amenazas internas y externas.
Además, esta visión que apunta a la necesidad de que todos
los venezolanos sean partícipes en el resguardo de la Patria también fue sustentada en el artículo 3 de la Ley
Orgánica de Seguridad de la Nación en donde se establece que “la Defensa
íntegra es el conjunto de sistemas, métodos, medidas y acciones de defensa,
cualesquiera sean su naturaleza e intensidad, que en forma activa formule,
coordine y ejecute el Estado con la participación de las instituciones públicas
y privadas, y las personas naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, con
el objeto de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia, la
soberanía, la integridad territorial y el desarrollo integral de la Nación”.
Pueblo en armas
Esta visión estratégica, con el pueblo como protagonista,
del Presidente Chávez cobró fuerza
luego de los sucesos del golpe de estado de 2002 cuando los
venezolanos se volcaron masivamente a las calles a restituir el orden
constitucional y devolver al poder a ese soldado que en 1992 se ganó el corazón
de su gente con el célebre “por ahora”.
En reconocimiento a esta acción heroica, en el año 2009, Chávez fundó la Milicia Nacional Bolivariana,
la cual hoy en día, es reconocida como el cuarto componente de nuestra Fanb. Allí se aglutinan
más de 4 millones de hombres y mujeres patriotas que, guiados por el legado del
Comandante
Supremo,
han decidido prepararse voluntariamente para la defensa armada de nuestro
sagrado territorio, herencia de nuestros libertadores.
Ante esta situación demuestra lo que afirmaba el Comandante
Chávez: "Este es un pueblo soldado, y los soldados venezolanos
somos en esencia el mismo pueblo con armas”, y cada día cobra más fuerza esa
idea sobre la importancia de que la institución castrense y los ciudadanos no
militares continúen profundizando la integración de cara a garantizar la
defensa integral de nuestro territorio y soberanía.