Chavistamente: En lo que espabila un loco



Publicado: 24/01/2018 02:26 PM

Hace cinco años, gano Nicolás, nosotros ganamos una elección que sacamos adelante con el alma partida, tras una campaña atravesada por el luto, con el puchero trancado, con las lágrimas a punto de desbordarse, guapeando como solo sabe guapear el chavismo, ganamos. “Descargue ahí su arrechera” -dijo Capriles, el perdedor múltiple, y el cacerolero común golpeó su cacerola con furia, avalando con cada takataka la violencia criminal que desató aquel irresponsable llamado y que dejó once muertos, entre ellos dos niños. Dos días después, su perdedor, perdido, los mando a bailar salsa. Se apagaron las cacerolas pero nadie bailó. A pesar de la resaca cacerolera, imaginaron el cercano fin del chavismo. No podría sostener el poder un autobusero, un colombiano, un bruto, Maburro, “sí Maburro, jajaja, somos súper creativos poniendo sobrenombres”-pensaron los que ya tenían años llamándonos “chaburros”. Y vendrían otras genialidades. “Maduro no es Chávez”, se convirtió en su consigna, como si de repente Chávez, el hombre que más odiaron, se convertía en santo de su devoción, y ellos, sus más virulentos detractores, en los guardianes y defensores de su legado. “Maduro destruye el legado de Chávez” -dijeron los mismos dirigentes que negaron siempre que Chávez hubiera hecho algo que no fuera nefasto. “Maduro destruye el legado de Chávez” -repitió el cacerolero común, creyendo así convencería a los chavistas brutos de saltar cual Ismael García. “Tic, tac, tic, tac, el fin está cerca” -soñaron. Y como veían que resistía, fueron a buscar otro elefante. Recurrieron al viejo y conocido “vamos a hacer chillar a la economía.  “Aprieta, aprieta, y en cosa de seis meses Maduro caerá, los barrios bajarán y pa’ fuera. No más chavismo” -calcularon mal. Y seis meses se convirtieron en cuatro años, y ellos aprieta y aprieta, y el chavismo resiste y resiste. Y cacerolero común en medio de todo, defendiendo al que le esconde la comida y deseando que la caja del comida que le vende baratísima “este gobierno que no hace nada”, sea la ultima que le llegue, porque “este gobierno va a caeeeeerrr… ¡Y va a caeeeer, y va a caeeeer…!” O en su defecto, “elecciones adelantadas ya!” Y aprietan y aprietan y aprientan más, a petición de sus dirigentes, y las sanciones económicas que les vendieron como que “solo afectan a Maduro y su combo”, nos ponen a la cotidianidad color de hormiga a todos. Y el gobierno chavista rebusca e inventa y resuelve en medio de esta tormenta mientras la dirigencia opositora y sus opinólogos se limitan a criticar y a descalificar cada iniciativa, eso sí, sin proponer alguna de su parte. Son como mojones en el medio de un camino difícil. Son peor que eso. Y es que en su afán de asfixiar al chavismo asfixian a sus seguidores. Porque uno no se explica cómo siendo ellos los inteligentísimos, siendo ellos los expertos en temas económicos, siendo ellos los aliados de los comerciantes y empresarios, bien podrían haber mostrado, los dirigentes opositores con sus multimillonarios financistas, las bondades del capitalismo que defienden, pero ni pío. Ni un mercadito de verduras, ni un combito barato de Harina Pan para que los fieles caceroleros de Palo Verde, El Paraiso y El Cafetal, que no están comiendo ñoña porque el gobierno chavista les lleva sus bolsas y cajas del CLAP. Así, en lo que espabila un loco, a la oposición que nunca hizo política para vencer al chavismo, que desde siempre jugó a la obstrucción, a la zancadilla, a la mentira y al caos, se les fueron también estos cinco años -que iban a ser solo seis meses- en violentas guarimbas, “¡elecciones adelantadas ya!”, en acoso económico, conspiraciones fallidas, en atajos entreguistas que no cuajan y que los dejaron desnudos, con sus caceroleros comunes desmoralizados, frente a la inminencia de esa elección presidencial que tanto soñaron y que ahora sería su peor pesadilla. Entonces, el frenazo, el pataleo, el no es no. Entonces la locura, o el cinismo, de gritar a los cuatro vientos que las elecciones presidenciales -que llevan cinco años deseando- son sinónimo de dictadura. Entonces, oootra vez su derrota, y oootra vez el mismo cuento repetido tantas veces en estos 18 años: que si la dictadura chavista, que si el CNE no sirve, salvo cuando gana la oposición, que si la comunidad internacional no reconocerá, y bla, bla, bla, bla, bla… y el cacerolero común se saca el carnet de la patria porque sabe que esto va para el 2025 y más allá.

CAROLA CHÁVEZ Carolachavez.wordpress.com

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