Chavistamente: Energúmeno en el supermercado



Publicado: 19/10/2016 12:25 PM

En enero 2016, discurría Energúmeno López, nuestro experto en asuntos de toda índole, mientras esperaba en cola para pagar en el supermercado:
No hay nada, señoras, y no habrá mientras este gobierno insista en controlar los precios ¿Dónde se ha visto que un gobierno decide cuánto deben ganar los empresarios y los comerciantes, o sea, el aparato productivo del país? Que claro, hoy ya casi no producen no les dan dólares… ¿Y quién va a ser el loco que use sus propios dólares que ya tienen seguros y a salvo allá en Panamá? Liberar los precios, eso es lo que tienen que hacer: dejar que los que sí saben de negocios hagan lo que saben hacer. Entonces veremos los anaqueles llenitos de toda vaina, y todos contentos: empresarios, comerciantes y consumidores… Lo dicen nuestros líderes, lo dicen los economistas más connotados de este país. El otro día lo explicaba clarito uno de ellos en la radio, pero esos chavistas no entienden que, cuando hay controles, la “lógica del mercado” agarra sus productos y los lleva a dónde le paguen más, porque de eso se trata la mano invisible… También dicen que “el capital” es cobarde, pero eso no es cobardía, no señor, es la inteligencia de poner siempre el dinero dónde te produzca más; pero aquí tenemos esa vaina que llaman un día Indepabis, otro Sundee, ese brazo represor del régimen que persigue a honrados empresarios para que nunca tengan los beneficios que merecen, y merecen bastantes, porque no cualquiera tiene lo que se requiere para ser empresario… eso es un talento…  Eso sí, los chavistas, enemigos del talento, aplauden la regulación, la persecución, porque esa gente lo que quiere todo regalado, porque son así, flojos, resentidos, envidiosos, y por eso les encantaría ver al dueño de este supermercado en la carraplana. Mira cómo lo tienen aquí: de viente cajas, solo puede puede abrir dos, porque ahora es carísimo tener empleados por culpa de esa ley del trabajo que inventó el chavismo, que debería llamarse Ley de la Vagancia. Entonces aquí estamos, haciendo una hora de cola para poder pagar tres pendejadas que no queremos comprar pero es lo que hay. Si me preguntan, yo prefiero que vuelvan los productos, caros pero que estén… Y el que quiera comer que trabaje, punto.
Más tarde, en octubre del mismo año, nos encontramos con Energúmeno, iluminándonos en un pasillo del mismito supermercado:
¿Quééééé? ¡Tres mil bolos por un kilo de arroz! ¡Y la pasta y el jabón! ¿Un desodorante en 4 mil? Ahora si vamos a oler como los europeos, como nos advirtió Capriles, porque esa gente será muy civilizada, pero como que no han descubierto el desodorante. ¿La Nutella en 12 mil? Qué manera de destruirnos el nivel de vida. Es como un ensañamiento contra la gente que sí trabaja: Primero nos quitaron el cupo de Cadivi porque es evidente que el gobierno no quiere que viajemos para que no veamos que afuera sí se vive bien, que el capitalismo es bienestar, oportunidades de surgir, progreso… No, señor, adiós viajes, porque con ese dólar Dicom a 600, ahora cualquier paseíto a Miami te sale por una millonada… Mi cupo Cadivi es mi derecho, y tengo derecho a hacer con él lo que me de la gana, mi dólar protegido es mi gotica de petróleo, pero esta dictadura de derechos no entiende nada…  ¡Y ahora esto! ¿No y que no iban a liberar los precios? TODO, TODO está carísimo y claro, se aprovechan en hacerse los buenos con la bendita bolsa del CLAP… Ahhhh, para el CLAP si hay comida barata ¿no? Para controlar al pueblo, para que se llenen el buche y no bajen los cerros… ¡Qué cinismo! Y uno, que sí estudió, que sí trabaja, o se tiene que meter a juro en un consejo comunal castrochavista soviético, o se tiene que calar la bolsa de arroz en tres mil bolos, cuando esos reales deberían ser para que uno se pudiera dar sus gusticos, porque el arroz, me perdonan, no es un gustico, a menos que venga en una paella. ¿Y quién va a hacer una paella con estos precios si ya solo el arroz te tumba el presupuesto? La paella, un platillo popular allá en España, resulta que aquí es un lujo ¡No me jodas!
Y por ahí han denunciado nuestros líderes de la MUD que el CLAP solo se lo dan a los chavistas enchufados, que si te opones a este desastre de madurista, te quedas sin bolsa; aunque a mi me llega cada tres semanas porque, en el fondo, este gobierno cobarde no cumple sus amenazas. Pero yo no quiero bolsas, yo lo que quiero es comprar lo que me da la gana, aquí en el supermercado, porque son mis reales, me los mamé yo, y nadie me va a venir a decir en qué me los puedo gastar…
 Pero ¿un kilo de arroz a tres mil? ¿Dónde está el gobierno, vale? Ah, sí, es verdad, está repartiendo bolsas CLAP baratas, no para proteger a la gente, sino para perjudicar al dueño del supermercado que, frente a este nuevo ataque, para poder sobrevivir, no le queda más remedio que vender el arroz a tres mil. Y prepárense, porque ya andan hablando por ahí de un nuevo aumento “y que” para proteger el salario de estas cajeras que apenas mueven los dedos y llaman a eso trabajo. Otro ataque contra los únicos que sí trabajan en este país: el empresariado nacional… ¡Que Dios nos agarre confesados!

CAROLA CHÁVEZ

carolachavez.wordpress.com

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