¡Claudicó! Sepa por qué este golpista ya no es candidato a la presidencia de Bolivia

Al verse perdido y tras el contundente apoyo que recibe el candidato revolucionario por el Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, el golpista Luis Fernando Camacho decidió renunciar a su candidatura a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, para las elecciones que se realizarán el próximo 3 de mayo.

El ultraderechista claudicó con el objetivo de que los opositores organicen una campaña contra el partido MAS ante la alta preferencia popular por los candidatos del expresidente Evo Morales, a quien le ejecutaron un golpe de Estado el pasado mes de noviembre, acción inconstitucional que lideró Camacho junto a otros fascistas bolivianos.

“Ponemos nuestras candidaturas en blanco por Bolivia, esto no quiere decir que nosotros nos vamos a bajar solamente porque otros candidatos sumen, vamos a bajarnos para que todos apoyemos una sola candidatura, hagámoslo por Bolivia”, trató de explicar Camacho a reporteros, informó Sputnik.

El anuncio del golpista surge dos días después de que una primera encuesta nacional de intención de voto, de cara a los comicios de mayo, pusiera en claro primer lugar a Luis Arce, muy cerca de asegurar una victoria en primera vuelta.

Camacho, ubicado en esa encuesta en cuarto lugar, detrás del exmandatario Carlos Mesa (2003-2005) y de la dictadora Jeanine Áñez, habló con la prensa al salir de la sede del Comité Cívico de Santa Cruz, donde dejó una carta pidiendo la convocatoria urgente a una cumbre de candidatos “anti MAS”, reseña VTV.

Con la renuncia de Camacho queda en evidencia la preocupación extendida en sectores de la derecha boliviana, que desde distintos escenarios contribuyeron al derrocamiento de Morales, por la alta posibilidad de que el MAS retome por vía electoral tanto la presidencia como el control del Parlamento.

En este sentido, el ahora excandidato advirtió que “de no haber unidad, Evo Morales podría retornar al poder y eso defenestraría lo hecho por los ciudadanos que estuvieron en paro durante 21 días”, en referencia a las protestas violentas e ilegales de octubre y noviembre que propiciaron sucesivamente la renuncia forzada del líder indígena y la autoproclamación del Gobierno dictatorial de Áñez.