El violento pasado opositor: Guarimbas y sanciones (5)

En 2018 el estudiante Oscar Figuera fue quemado vivo por tener apariencia chavista

Publicado: 06/10/2023 07:00 PM

En otra aventura desesperada por acabar con la Revolución Bolivariana, en abril del 2014, sumado a la escasez y el desabastecimiento, la oposición venezolana inició una ola de violencia que llamó guarimbas, Consistía en jóvenes liderados por los partidos de derecha que trancaron calles y causaron daños a zonas, instituciones gubernamentales e incluso muerte. 

Por ello,  el profesor e investigador Carlos Lanz los describió como “muchachos vestidos con máscaras, guantes, escudos y armas artesanales que rutinariamente entran en confrontación con las fuerzas policiales y todo es compulsivamente distribuido por las redes sociales", según explicó en un artículo publicado en su blog, agregando que "estamos en una guerra no convencional que tiene un trípode: inteligencia tecnológica, presión psicológica y las acciones cinematográficas, que son las personas vestidas como si estuvieran en una operación especial para enfrentar a las instituciones, principalmente la policía".

Es así como los venezolanos vivimos agresiones y niveles de odio jamás vistos en nuestro país y esto se extendió durante tres años, en los que variaban de intensidad de acuerdo a su planificación, haciendo llamados a rebeliones de calle y pidiendo sanciones unilaterales por parte de EEUU. Durante este tiempo, el presidente Nicolás Maduro hizo llamados al diálogo con los líderes opositores, buscando llegar a acuerdos para mantener la paz, que luego estos no cumplían y retomaban la quema de personas, vehículos e instituciones públicas.

Cabe resaltar que producto de las guarimbas, en el país se registraron más de 6 mil 729 disturbios de calle y un total de 163 personas fallecidas, dejando hogares enlutados y un ambiente de angustia en la sociedad venezolana. 

Ante esta encrucijada por la tranquilidad del país, el presidente Maduro llamó a una Asamblea Nacional Constituyente, logrando retomar un clima de armonía y terminar con los eventos agresivos de la oposición en las calles, sin embargo, éstos mantuvieron vigentes las sanciones solicitadas al gobierno estadounidense.

Desde una perspectiva mas técnica, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) explicó que en el caso de Venezuela, el boicot económico y la violencia opositora al gobierno se ha recrudecido desde que el presidente Nicolás Maduro ganó las elecciones en 2013, esto demostró que la integración comercial plena en la globalización tiene efectos  negativos que se evidencian en los riesgos geopolíticos que hoy aquejan al país.

Además, para evaluar el efecto del sabotaje dirigido desde EEUU a Venezuela, el CELAG realizó una investigación en la que detalló que “desde el año 2013 y con mayor énfasis desde 2015, cuando Norteamérica cortó el acceso al mercado de crédito, repitiendo la receta cubana de asfixiar comercial y financieramente a la economía y a la sociedad; empleando un modelo macroeconómico que devela el efecto del bloqueo financiero en la producción del país y en consecuencia, sobre las condiciones del mercado de trabajo, la tensión social que genera la asfixia económica sumada al financiamiento de la violencia; lo que ha traído como consecuencia, entre otras cosas, la masiva migración”.

En resumidas cuentas, la estrategia opositora de usar la violencia y pedir sanciones a EEUU en contra del Pueblo produjo una perturbación de la vida nacional, específicamente en el campo económico y que se refleja en la calidad de vida del ciudadano; es por esto que resulta difícil creer que el imperio estadounidense se preocupa por el bienestar de los venezolanos.

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO

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