En 1929 murió el médico, historiador y lingüista Lisandro Alvarado



Publicado: 10/04/2018 12:44 PM

El 10 de abril de 1929, hace 89 años, murió en la ciudad de Valencia el médico, historiador y lingüista venezolano Lisandro Alvarado, quien dedicó gran parte de su vida al estudio relacionados con la lingüistica y la lexicografía.

Se destacó como uno de los intelectuales venezolanos de finales del siglo XIX y principios del XX, por su aporte a los estudios de la lengua, tanto del español como de las diversas lenguas indígenas de los pueblos originarios del país.

Sus obras más destacadas son: Ideas sobre la evolución del español en Venezuela (1903), siguiendo con el Glosario de voces indígenas en Venezuela (1921), Alteraciones fonéticas del español en Venezuela (1929) y el Glosario del bajo español en Venezuela (1929). Sus obras completas fueron recopiladas en 8 volúmenes y publicados a mediados del siglo XX.

Desde sus primeros años de escolar en su ciudad natal de El Tocuyo, Alvarado resultó influenciado por clásicos de la literatura mundial y por el conocimiento del latín en el colegio La Concordia, regentado por otro gran intelectual larense, Egidio Montesinos.

Sin embargo, por las circunstancias económicas de su familia, no pudo terminar el bachillerato en Trujillo, a donde había viajado a los 13 años de edad. Regresó a su estado natal y trabajó como boticario en Barquisimeto.

En esta ciudad logró finalmente terminar sus estudios y en 1878 viajó a Caracas a iniciar sus estudios de medicina. Tuvo contacto intenso con la vida política de su tiempo, en la época de Antonio Guzmán Blanco.

Se impregnó de la doctrina positivista, que irrumpió en el mundo en aquel tiempo. Confrontó su visión religiosa y tradicionalista de la vida con las nuevas ideas científicas de fines del siglo XIX.

Sus primeras investigaciones etnográficas, históricas y linguísticas estuvieron impregnadas del positivismo, así como su interés por las culturas antiguas y modernas.

En ese período Alvarado compartió su saber científico con César Zumeta, Luis López Méndez y José Rafael Revenga.

Sus restos reposan en el Panteón Nacional, desde el 14 de mayo de 1980.

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