En 1935 el mundo vio a nacer a la mujer que puso voz a Latinoamérica, Mercedes Sosa

Mercedes Sosa, cantante excepcional, emblema de la música argentina que recorrió el mundo con su voz
Foto internet

Publicado: 09/07/2018 10:58 AM

El 9 de julio de 1935, San Miguel de Tucuman en Argentina, fue testigo del nacimiento de una mujer que con su voz cautivó a todo los pueblos latinoamericanos, Haydée Mercedes Sosa, una de las mayores representantes del folklore argentino, pues desde pequeña el amor por su Patria y su cultura se vieron muy marcados. 

Sosa, quien fue conocida como "la Negra", se crió en un hogar humilde, hija de un obrero de la industria azucarera y una lavandera. Desde muy pequeña mostró sus dotes musicales, pues con tan sólo 15 años ante la ausencia de su profesora de canto, dirigió a sus compañeros de música a cantar el Himno Nacional el Día de la Lealtad Peronista. Por su gran actuación, la profesora de labores llevó a su clase a LV12, y allí ganó un concurso bajo el seudónimo Gladys Osorio cantando Triste estoy de Margarita Robles.


A partir de allí, Sosa se entregó a la música, cautivando con su voz a miles de personas en el mundo, con sus cantos comprometidos a las causas sociales. Participó en cuanta marcha, manifestación o encuentro hubo en esa época a favor de las comunidades indígenas, luchas sindicales o encuentros políticos sobre los derechos humanos. Aunque esto le causó el exilió de su país, su voz no se apagó y siguió siendo la voz del pueblo oprimido. 

Sosa, a pesar de su belleza singular, siempre se consideró una "negra petisa (una mujer pobre, morena y pequeña), sin glamour, tal y como se refiere a mí la oligarquía de mi país". "Este es un país de negros", decía con ironía, "en el que todos son rubios".

Entre sus grandes álbumes se encuentran: Canciones con fundamento, Yo no canto por cantar, Hermano, Para cantarle a mi gente, Zamba para no morir, Con sabor a Mercedes Sosa, entre otros. 

"La negra" Sosa, a pesar de los desaires que le dio la vida, siempre se arraigó a su música y a la felicidad que la misma le daba. Esta humilde mujer que falleció a sus 74 años de edad quedó inmortalizada en los pueblos latinoamericanos, pues su voz era y sigue siendo la expresión de los sueños, alegrías, luchas y esperanza de los oprimidos. 

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