Intento de magnicidio contra el presidente Maduro: Un fracaso más para el imperio (+2 años)

Eran aproximadamente la 5:30 de la tarde, aquel 4 de agosto de 2018, cuando la ultraderecha venezolana, con el auspicio del Gobierno de Estados Unidos (EEUU), orquestó una acción terrorista y ejecutó un intento de magnicidio en grado de frustración contra el presidente de la República, Nicolás Maduro, sumándose otro fracaso en sus pretensiones de acabar con la Revolución Bolivariana.

Ese día, el presidente Maduro encabezaba el acto conmemorativo del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando a poca distancia del estrado, un Dron DJI Matrice 600, procedía atentar contra su vida, accionando con una carga de explosivos C4 y perdigones frente a la tarima presidencial, ubicada en la Plaza Bolívar de Caracas.

Rápidamente el cuerpo de seguridad presidencial, manejó la situación que daba cuenta del atentado contra el Primer Mandatario, mientras que un segundo estallido tenía lugar a unos 400 metros en el Edificio Don Eduardo, lo que comprobaba que el intento de asesinato fue una acción coordinada.

El objetivo imperial, encomendado a bandas criminales que operan desde Colombia, era acabar con la vida del jefe de Estado y del alto mando de la Revolución Bolivariana y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), así como de los Poderes Públicos para desmantelar la República y entregarle el poder político del país a los factores serviles a Washington.

A las 9:00 de la noche, desde el Palacio de Miraflores, el presidente Nicolás Maduro, se dirigió firme al pueblo venezolano para dar detalles de lo ocurrido y expresar: “A mí me protege Dios y en la tierra me protege el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por eso estoy de pie, victorioso, listo para seguir las batallas y combates que me toquen”.