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La Casa Blanca ha tensado a más no poder las relaciones con Rusia, con Venezuela en medio, que cada vez más parece ser la manzana de la discordia entre ambas potencias
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Publicado: 07/05/2019 04:54 PM

Muchas personas aseguran que la Guerra Fría ya acabó, pero con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, ¿podemos asegurar que ese tiempo ha pasado?

Con solo mirar el acontecer político internacional actual se puede evidenciar que tal afirmación está cada vez más lejos de la realidad.

La Guerra Fría fue aquel enfrentamiento no bélico que el mundo presenció al término de la Segunda Gran Guerra Mundial que arrasó gran parte de Europa y que la Unión Soviética (Urss) ganó, muestra de ello es el Día de la Victoria, cuando el ejército rojo venció las tropas de la Alemania nazi el 9 de mayo de 1945, así la maquinaria de propaganda de EEUU lo quiera negar y se adjudique el éxito con la excusa de ser parte de los aliados.

Un enfrentamiento político, económico, social, informativo, científico y con demostraciones militares que pusieron en vilo la propia existencia humana en la Tierra.

Estados Unidos de Norteamérica se perfilaba como una potencia en este lado del mundo, mientras que la URSS iba creciendo vertiginosamente y sin rendirle cuenta al imperio.

Hoy, más que nunca, vemos demostraciones cada vez más descaradas de la Guerra Fría por parte de la administración Trump, quién recientemente ha declaró a los oídos del mundo que Rusia se levantó tras la caída de la Urss, no puede hacer negocios con los que considera su patio trasero y por ende debe "retirarse" de Latinoamerica.

América Latina ya no depende de EEUU, haciendo gala de su soberanía, los pueblos han empujado  cada vez más hacia un mundo pluricentrico y plural; haciendo negociaciones con naciones que en décadas atrás se creía impensables.

Prueba de ello es Venezuela, quien desde la llegada del Comandante Chávez viró su mirada a otras potencias para trabajar juntos y de manera igualitaria con China, Rusia, Irán e India, con quienes tiene negocios de diferente factura.

Una vez más es Venezuela el epicentro del odio imperialista yanky, ya que sin ningún disimulo han arremetido de todas las maneras posibles, y quien ahora acusa al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro de ser "títere" de Putin y de Cuba.

La Casa Blanca ha tensado a más no poder las relaciones con Rusia, con Venezuela en medio, que cada vez más parece ser la manzana de la discordia entre ambas potencias.

Putin apoya a Venezuela para que sea digna y soberana, mientras que EEUU impone sanciones de manera unilateral para tratar de debilitar a la Revolución Bolivariana, que se empeña en resistir los embates.

El Consejero de Seguridad de Estado Unidos, Jhon Boltón, aseguró recientemente, en una entrevista refiriendose a Rusia en Latinoamerica , que  “les encantaría tener el control efectivo de un país en este hemisferio (...) No es ideológico; es solo una política de poder anticuada. Es por eso que tenemos la doctrina de Monroe, que estamos desempolvando en esta administración, por la que el presidente indicó anoche que los cubanos deberían pensar mucho sobre cuál es su papel (...) este es nuestro hemisferio, no es donde los rusos deberían estar interfiriendo”.

Mientras tanto, el canciller ruso, Serguei Lavrov, detalló que “los pasos agresivos de Estados Unidos en Venezuela, así como “la destructiva injerencia exterior, más aún con el uso de la fuerza, no tiene nada en común con los procesos democráticos (...)  la injerencia de Washington en los asuntos internos de un país soberano y las amenazas a sus dirigentes son una burda violación del derecho internacional”.

Donald Trump con su política exterior agresiva muestra cada vez más que para él la Guerra Fría aún está vigente, solo esperemos que en algún momento Washington entienda que la mejor manera de gobernar es es armonía con todos los países y con mejores políticas exteriores. 

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