Malaverismos: Conversaciones en la Catedral de la oposición

La pregunta la hace Ramos Allup a la pantalla de su computadora donde están sus compañeros de ideas pero no de partido
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Publicado: 06/09/2020 06:00 AM

Derrotados, con caras de fracasados, los miembros caídos de la oposición asisten a una reunión por zoom en la casa de Ramos Allup, conocida como la catedral de la oposición, buscando cómo volver, volver al poder otra vez.

-¿Cuándo se jodió la oposición?
La pregunta la hace Ramos Allup a la pantalla de su computadora donde están sus compañeros de ideas pero no de partido: Antonio Ledezma, Julio Borges, Carlos Vecchio, Ismael García, Andrés Velásquez, Omar Barbosa, y Manuel Rosales que entraba y salía.

Nadie responde. Todos se quedan mudos por un rato. Hasta que Ismael García toma la palabra y dice:

- Yo creo que nos jodímos cuando tú llegaste a la presidencia de la Asamblea y le diste seis meses de vida al dictador.

- Tiene razón Ismael- dijo Julio Borges
- Yo también creo que por primera vez en su vida, tiene razón Ismael García –dijo Antonio Ledezma.

- Es cierto. A partir de allí comenzaron esas cadenas de errores que hemos venido cometiendo –dijo Manuel Rosales

Ramos Allup se llevó el dedo índice de su mano derecha a la boca, pidiéndole silencio a sus compañeros y dijo:

-Yo también creo que estoy de acuerdo con ustedes.

En la pantalla de la computadora se escuchó un aplauso unánime.

- Por fin entendiste que tú eres el culpable.-dijo Omar Barboza.

-Ya. Ya. No me caigan en cambote –respondió Ramos Allup- Por qué creen ustedes que yo no he dicho nada en estos días. Estoy de acuerdo, a partir de ese momento perdimos la asamblea que habíamos ganado, por culpa mía de dármelas de intolerante.

Nuevamente en la pantalla se escucharon unos aplausos.
-Y ahora con estos 110 indultos que dio Maduro, les confieso que ya no nos queda mucho por hacer, sino esperar para ver qué pasa en las elecciones. –se detuvo Ramos Allup.

-Y Capriles también llamó a votar. Y la Conferencia Episcopal. Y nosotros, que somos los demócratas, decimos que no hay que votar –dijo Antonio Ledezma.

- Pero tenemos que morir con eso, para que no nos regañe Elliott Abrams, como regañó a María Corina, que la llamó surrealista, y yo no sé qué vaina es esa –dijo Manuel Rosales.

Un silencio se impuso como se imponía la palabra de Rómulo Betancourt en el CEN de AD. En la pantalla se miraban unos a otros. Hasta que Antonio Ledezma dijo:
-Solo nos quedan las sanciones, porque ya la invasión no está en sobre la mesa. Según Elliott.

Se escuchó un ladrido en la puerta de la quinta La Pipa de Guatire, conocida por los malhablados como la Catedral de la Oposición, y Ramos Allup pensó por un momento que era su perro Chicharrón que había vuelto, y se paró y salió corriendo hacia la puerta de la calle.

-Chicharrón. Chicharrón.

Llamó dos veces pero nadie le respondió. Y volvió nuevamente, frustrado, al Salón Rómulo Betancourt a sentarse frente a la computadora, y dijo:

- Disculpen, por un momento pensé que mi perro Chicharrón había vuelto a la casa.
-Yo te comprendo, Henry –dijo Ismael García- Cómo estarás de jodido que hasta el perro te abandonó.

- Yo sé que tú lo entiendes, Ismael,-contestó Ramos Allup- porque tú eres el hombre más abandonado en el mundo. No te quiere nadie.

Carlos Vecchio estaba nervioso porque no se había robado ningún momento para tomar la palabra, y ahora sí, aprovechó y se robó el momento y dijo:

- La verdad es que estamos en una situación muy preocupante. Capriles diciendo que gobernamos por internet, con eso nos jodió. La Conferencia Episcopal llamando a votar, y Elliott Abrams diciéndole realista mágica a María Corina. Estamos jodidos.

- Provoca salir a votar el 6- dijo Andrés Velásquez, y en la pantalla todo el mundo se volvió a verle la cara.

Velásquez aclaró.
-Es por joder, digo.

Y todo volvió a la calma. Pero en las caras de los miembros caídos de la oposición se reflejaba una nueva derrota política, aunque todos sabían que económicamente estaban ganando, porque era mucho el dinero que se habían robado.

En ese momento repicó el teléfono celular de Ramos Allup. Vio que era Henrique Capriles Radonski, y les dijo a sus compañeros.

-Me está llamando el lechuguino Capriles. Chao, después les cuento.

ROBERTO MALAVER

@robertomalaver



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