Malaverismos: El contrato de la infidelidad

Contrato de Guaidó con mercenarios
Foto: Internet

Publicado: 17/05/2020 06:00 AM

Cuando Arthur Abrams Pérez terminó de leer el contrato que Juan Guaidó firmó para la empresa Servicorp pensó que de ahora en adelante ese sería el modelo que él usaría, incluso a la hora de casarse.

-¡Fin de mundo!

Dijo Arthur Abrams Pérez cuando terminó de leer en su computadora el contrato entre la empresa Servicorp y el señor Juan Guaidó. Arthur era conocido en la comarca con el Macho Arthur, porque era un machista desaforado y no soportaba que un hombre lavara platos mientas la mujer estaba en la cama, y muchos menos barrer y cogerle ruedo a sus pantalones. Las feministas de la comarca lo detestaban, y con toda razón, pero las que no eran feministas lo aceptaban y se reían con sus chistes de macho. Y Rossana Del Buscón, era la que más lo quería, porque era su novia.

-Estos tipos tenían derecho a quedarse con todo. Incluso con matar a quien les diera la gana, militares y civiles. Y el estado desaparecía, porque todos sus poderes quedaban en manos de la empresa Servicorp  y el presidente encargado. Incluso, las fuerzas militares estarían comandadas por la gente de Goudreau, el Presidente de Servicorp. Y si esto se puede hacer, yo también lo puedo hacer.

El Macho Arthur sacó su celular y llamó a su novia Rossana del Buscón.

- Rossi

- A tus pies, mi Dios.

- Así me gusta, mi sierva. Ven para la casa que me quiero casar contigo.

- ¿Cuándo?

- Ya.

- ¿Te quieres casar conmigo ya?

- No bruta, quiero que vengas ya para la casa.

- Ok, mi Dios, perdona mi brutalidad.

Al momento Rossana se presentó en la Quinta El Macho. Arthur seguía sentado frente a la computadora cuando Rossana se anunció en la perta y él le dijo que antes de pasar se quitara los zapatos y se desinfectara en el  baño para que no lo fuera a contagiar con el coronavirus. Después de hecho todo eso, Rossana logró entrar al estudio y vio que Arthur estaba viendo una película pornográfica en la computadora.

- ¿Dime mi Dios?

- Quiero casarme contigo, pero antes tienes que firmar un contrato.

- Claro. Eso se usa mucho, mi Dios.

- Sí, pero esos contratos no son como el que firmó Guaidó con el señor Goudreau.

- ¿Y esos dos se casaron?

- Rossana, no sé cómo llamarte. Pero en realidad, creo que tienes razón. Sí, ellos se casaron, pero de otra manera. Firmaron un compromiso para acabar con un país y con su gente y con todo lo que se les pusiera por delante.

- ¿Y cómo les fue?

- Mal, porque unos pescadores acabaron con el plan. Pero entre nosotros no habrá pescadores que se metan.

-¿Y qué dirá nuestro contrato, mi Dios?

- Primero. Que si me caso contigo tengo pleno derecho a serte infiel con quien me dé la gana y a la hora que me dé la gana.

- Caramba, mi Dios, eso es fuerte.

- También quiero escribir una cláusula donde diga que puedo disponer de ti si deseo que algún amigo quiera dormir contigo.

- Caramba, mi amor, eso es fuerte.

- Y debe estar claro, que lavaras, plancharas y barreras hasta que la muerte nos separe.

- Caramba, mi amor, eso está fuerte.

-Quiero decirte además, que seré tu amo. No tendrás soberanía personal ni podrás llamar a nadie para que te defienda a la hora de que yo te caiga a golpes.

- Caramba, mi amor, eso parece fuerte.

- Si estás de acuerdo hablaré con mi abogado para que escriba el contrato y lo firmas. Eso sí, después no digas que no lo firmaste. ¿Qué te parece?

- Me parece que aquí no habrá pescadores que se metan para salvarme, pero yo me voy para el carajo, Arthur.

- Espera.

- No tengo nada que esperar. Esos dos, el Guaidó y el Goudreau te hicieron mucho daño. Chuao contigo, pescao

- Te das cuenta, que sí había pescadores.

- ¿Por qué?

- Porque me dijiste Chuao, pescao

- Bueno, tú solito te pescaste. Chao.

Y cuando Rossana del Buscón salía furiosa de la casa, Arthur Abrams Pérez se preguntaba.

-Pero ¿por qué Guaidó y Goudreau sí pudieron y yo no?

ROBERTO MALAVER

@robertomalaver

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