María Alejandra Díaz: DDHH y autodeterminación



Publicado: 27/02/2018 12:04 PM

El desprecio de los derechos del hombre en la actualidad, atributo del hiperliberalismo mundial, es una especie de  biototalitarismo (biopoder) global que contamina y enferma la dinámica social, globalizando el horror y el sufrimiento humano.

Los capos del Capitalismo a través de sus instituciones, crean modifican y usan las leyes y demás organismos internacionales a su conveniencia, sino veamos el ejemplo de la ONU: Teniendo el control casi absoluto de las Corporaciones Mediaticas y gobiernos títeres del mundo, pueden intervenir con descaro en cada rincón del planeta, moldeando países a su conveniencia y sometiendo a sus pueblos a una especie de neo esclavitud y al neocolonialismo, controlando para diezmar, aniquilar lo humano, lo vivo.

Para ello cualquier método es útil: bombardeos, terror, mentiras, secuestros, bloqueos financieros, boicots económicos y la corrupción; implantando una gobernanza mundial dondedisuelven toda identidad, sustancia, acervo y patria; difundiéndolo frente a nuestras narices, con la complicidad de conglomerados mediáticos controlados por ellos con la coartada/pretexto de la protección y garantía de los derechos humanos.  Gracias al ejercicio de estas nuevas formas de guerra, destruyen los Estados Nación, convierten en títeres a los gobiernos y en monaguillos adoradores del Dios Capital, caotizando “El Sistema” y sus componentes: política religión economía, cultura, ambiente... sociedad.

Diseñan y crean condiciones para el tutelaje a través de esas instancias multilaterales y sus lobbystas, pretendiendo disolver la autodeterminación de los pueblos, solapando, encubriendo y utilizando esa supuesta “defensa de los derechos humanos” para destruir, lo verdaderamente humano.

La soberanía, la independencia y la autodeterminación son obstáculos y es la protección, el escudo que impiden a la corporatotracia mundial destruir a los pueblos  y sus Estados Nación. Sin ellas no existe base real ni sustancial que sostenga  derecho humano alguno, menos aún derechos sociales, culturales, económicos, menos aún derechos vitales; sin estos principios, seríamos borrados por intereses corporativos escondidos muchas veces en esa multilateralidad creada para estandarizar las visiones, interpretaciones y leyes internas, y que procuran con su discurso “onunizante” borrar nuestra Constitución y horadando la soberanía.

Nuestro derecho a la autodeterminación es un principio de alcance universal: el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos no es sólo un derecho del hombre, sino la fuente de todos los derechos del hombre, porque el disfrute de estos derechos presupone el reconocimiento de los pueblos a disponer de sí mismos. (Carrillo Salcedo, 1978)

Ser revolucionario hoy, y no defender la soberanía y la autodeterminación es un contrasentido, pues sin soberanía, sin patria y sin autodeterminación, no hay núcleo sustancial para defender lo humano, la naturaleza y la vida en comunidad de forma armónica.

No es posible entonces, en el marco del hiperliberalismo y la absolutización de los derechos individuales, mediante una visión  individualista feroz  y  exaltada, donde la maximización y acumulación de las ganancias para controlar y aniquilar, es la orden del día, construir una verdadera democracia en los términos previstos en la Constitución Bolivariana, mucho menos consolidar el Estado de Bienestar Social, de Derecho y de Justicia, propugnado en nuestro modelo.

MARÍA ALEJANDRA DÍAZ

@alecucolomarin

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