Mario Briceño Iragorry: Entusiasmo incansable por el conocimiento de la historia del país
Publicado: 15/09/2020 08:08 AM
El 15 de septiembre de 1897, nació en el estado Trujillo, Mario
Briceño Iragorry, historiador, escritor, diplomático, político, uno de los
más importantes ensayistas venezolano del siglo XX.
Iragorry se
incorporó a la Academia
Nacional de la Historia en 1930 y a la Academia
Nacional de la Lengua en 1932.
A raíz del golpe de
Estado que derrocó al gobierno de Isaías
Medina Angarita, el 18 de octubre de 1945, fue detenido y llevado
preso al Cuartel
de la Planicie.
De Briceño
Iragorry se dice que legó a las venezolanas y venezolanos de hoy su
pasión en la defensa de la nacionalidad, de los valores de la nuestra cultura y
un incansable entusiasmo por el conocimiento de la historia del país.
Se le reconoce además, por haber
incorporado al léxico político del país la palabra pitiyanqui, que retrata
a algunos personajes de la oposición de hoy.
En 1949 fue designado como
embajador de Venezuela en Colombia. Por esa época publicó
varios libros que lo convirtieron en uno de los más importantes exponentes
de la ensayística contemporánea de Venezuela. Algunos de esos títulos son: Alegría de la
Tierra, Vida y Papeles de Urdaneta el Joven, El Caballo de Ledesma y
Los Riberas.
Fue cronista de Caracas en 1951. Ese año presentó Mensaje sin
destino, quizás su obra más leída y difundida.
Apoyó la candidatura de Jóvito Villalba para las elecciones
presidenciales de 1952. Ante el desconocimiento por parte de la Junta Militar del resultado de los
comicios de 1952, se exilia en Costa
Rica en 1953 y en Madrid de
1953 a 1958.
En ese periodo estuvo
madurando sus ideales políticos sobre el nacionalismo a través de diferentes
publicaciones. En 1957, apareció su obra señalada como el libro síntesis de su
doctrina: Por
la Ciudad Hacia el Mundo.
En abril de 1958 retorna a Venezuela, pero dos meses más
tarde muere. Los restos de este insigne y nacionalista venezolano yacen en
el Panteón
Nacional desde el 6 de marzo de 1991.