Oscar Pérez: La nueva inspiración del fascismo y la intervención extranjera



Publicado: 21/01/2018 09:30 AM

La apología al fascismo se presenta con múltiples narrativas y desde diversos lugares de enunciación. En el país siempre se muestra aséptica aunque promueva subrepticiamente campañas radicales para erradicar el proyecto de redención humana que hoy se desarrolla en Venezuela.
El fascismo cuenta con una constelación de voces que coinciden, en el plano nacional e internacional, en la denuncia contra el Gobierno Bolivariano y en el objetivo de legitimar cualquier acción para acabar la Revolución Bolivariana.
Sus defensores se esconden con varios antifaces pero permanentemente denotan su intencionalidad política. Su afán de derrocar al Gobierno Bolivariano no tiene límites como tampoco su odio encarnizado a quienes resisten la arremetida contra Venezuela.
El caso del enfrentamiento en El Junquito no podía pasar desapercibido, para quienes no tienen la valentía de empuñar las armas por una idea, pero cobardemente promueven soterradamente la violencia política desde la comodidad y la inconsecuencia ética. Reniegan de quienes combaten por ellos, viven de su esfuerzo y lo utilizan para el perverso fin de apuntalar la tesis del "Estado Canalla" o el "Estado Fallido" que necesita la Casa Blanca para justificar la intervención militar contra Venezuela. En eso se unen en santa cruzada y aprovechan los hechos acaecidos en El Junquito para alinearse en comparsa criminal que justifique un genocidio contra el Chavismo y el pueblo en general.
Veamos algunos aspectos de sus matrices de opinión a propósito del caso referido.
1. Especialista Militar. Apela a una "vasta" experiencia militar, a su labor como ex-ministro y en especial, en el área de la inteligencia para sostener la tesis del uso desproporcionado de la fuerza con el fin de promover la idea de la comisión de crimenes de guerra.
El especialista con grado de Mayor General olvida que toda acción de guerra busca doblegar  la voluntad de lucha del enemigo. Ha sido así desde la antiguedad.
En El Junquito chocaron dos contendores; el Estado y un grupo irregular. Ambos fuertemente armados con un buen equipamiento aunque por supuesto el Estado con mayor capacidad de fuego.
Hay que recordarle al Mayor General que rendirse en un conflicto armado no es una mera declaración en redes sociales ni mucho menos una operación psicológica que impacte favorablemente la opinión pública. Rendicion es deponer las armas y la subsecuente entrega incondicional. En efecto, cuando dos fuerzas o actores armados no logran un acuerdo negociado o no existe rendición unilateral apelan a la fuerza.
Quien usa las armas para promover una idea política conoce los riesgos, más aún cuando utiliza potente poder de fuego materializado en numerosos fusiles AK-103, fusiles ametralladoras y explosivos. Tal fue el caso de los irregulares en cuestión.
Para que haya crimenes de guerra debe existir el asesinato o lesiones del combatiente que se ha RENDIDO A DISCRECIÓN, según lo establece el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en su definición de crimenes de guerra.
Pero quien exige condiciones sin deponer las armas no se encuentra RENDIDO A DISCRECIÓN y en consecuencia, es un contendor armado. En conclusión, en El Junquito no hubo masacre alguna sino un enfrentamiento armado.
2. Los militantes de "izuierda". Estos actores, articulados con el resto de la derecha, argumentan que nadie apela al suicidio ante una fuerza superior. Incluso señalan a militantes de colectivos como "grupos paramilitares". Luego, sentencian en su sórdida intención que el Gobierno "mandó a matar" al grupo de Oscar Pérez.
La verdad es que si algún actor respeta la vida ha sido el Gobierno Bolivariano con Chávez a la cabeza ayer y hoy con Maduro. En efecto, se evidencia en video grabado por el grupo liderado por Oscar Pérez, el testimonio de un funcionario cuando señala la orientación del alto Gobierno de repetar la vida de todos.
Incluso, si algo podemos señalar como crítica es la necesidad de un combate más decidido contra el paramilitarismo que ya ha cobrado múltiples vidas. Por ello, hablar de la existencia en Venezuela de Terrorismo de Estado es un sin sentido en un país caracterizado por el libre ejercicio de la crítica por parte de la oposición venezolana.
En una situación de confrontación armada como en el caso mencionado, que reviste un riesgo a la seguridad y defensa de la Nación, indudablemente el Estado debe actuar con todos los medios a disposición.
La polémica será interminable acerca de quien disparó primero. Pero lo innegable es que el FAES de la PNB sufrió 10 bajas entre muertos y heridos. Los irregulares también sufrieron un número de siete bajas pero resultando abatido  la totalidad del comando. Esto es evidencia irrefutable del enfrentamiento armado.
Ahora bien, usar blindados en una operación militar tiene tanto el propósito de preservar las fuerzas propias (defensiva) como su avance (ofensiva) en el terreno de operaciones. Mal se puede pedir a contendor alguno que no tome la ofensiva cuando las negociaciones están rotas y el viejo adagio militar aconseja  que "la mejor defensa es el ataque".
Cabe agregar, la intención precisa de este sector  es disfrazar su apoyo a la derecha a partir de manipular el imaginario de la izquierda para confundir al chavismo, dividirlo o lograr por lo menos su desmoralización y desmovilización total o parcial.
Por esta razón, apelan a gestas de militantes de izquierda para establecer arbitrarios paralelismos históricos y  comparaciones mecánicas sin ahondar en el contexto socio-politico respectivo.
Por ejemplo, comparar al Comandante Chávez del 4-F con Oscar Pérez además de ser una afrenta, olvida que el tiempo ante los medios de comunicación obtenido por el líder bolivariano no fue una concesión humanitaria de la burguesía criolla sino una conquista lograda por los insurgentes gracias a la extraordinaria capacidad del Comandante Chávez.
Por cierto, este hecho marcó a generaciones enteras y tuvo hondas repercusiones anti-sistémicas que son reconocidas como un grave error histórico cometido por las élites venezolanas.
En este orden de ideas, dichos paralelismos configuran endebles sofismas, aunados a una narrativa de heroicidad de los nuevos paladines armados del fascismo, encaminados a terminar diciendo que el Presidente Nicolas Maduro tiene las mismas prácticas de derecha en materia de exterminio de los opositores o incluso peores posturas, aunque estos "críticos" ejercen libremente el derecho de expresar sus opiniones.
3. La MUD se encubre como Defensora de Derechos Humanos. La MUD enuncia que los irregulares, según los videos, tenían intención expresa de rendirse. Sobre lo que esto significa se habló suficientemente en líneas anteriores.
Se debe recalcar que la caída de un combatiente en el marco de un enfrentamiento con armas convencionales no es una violación de los Derechos Humanos ni del Derecho Internacional Humanitario.
Sin embargo, hay que acotar que en honor a la verdad Oscar Pérez logró combinar la acción comunicacional con las operaciones armadas de una manera muy audaz. Efectivamente, entendió  cabalmente a Clausewitz cuando acertó planteando que la "guerra  es la continuación de la política por otros medios". El accionar insurrecional de Pérez tuvo siempre marcado por la propaganda armada.
Esto en El Junquito le ofreció una ventaja política innegable en el enfrentamiento táctico y le permitió un escudo comunicacional que encubrió sus operaciones militares para romper el cerco y/o las acciones para imponer condiciones más favorables para él en el marco de la negociación.
La MUD aprovecha ese material audiovisual y lo utiliza en sus matrices de opinión para disimular su verdadera intención al boicotear el Dialogo Nacional.
Por ello, desconoce deliberadamente los acontecimientos, a tono con Alvaro Uribe Vélez, Andrés Pastrana y siguiendo orientaciones de Marcos Rubio, la MUD  se levanta de la Mesa de Dialogo de Santo Domingo argumentando la violación de Derechos Humanos.
Este gesto anuncia una campaña articulada en lo nacional e internacional que aprovechará la reunión del Grupo de Lima, prevista para el 22 de enero en Chile, para intentar una nueva ofensiva desde el exterior para concretar la intervención militar humanitaria en suelo patrio.
Cabe resaltar, que por el Gobierno de Estados Unidos asistirá el Secretario de Estado Rex Tillerson quien estará en la referida reunión de Chile con el objeto de incidir decisivamente en el rumbo de los planes contra Venezuela.
Reflexiones Finales.
Pudieramos malgastar imnumerables líneas debatiendo sobre este algido tema.
No obstante, siempre existirán diversos enfoques sobre lo acaecido en  El Junquito pero lo más importante es entender la vida como el alfa y el omega de nuestra cotidianidad y  por lo tanto de nuestro quehacer político.
Si lo central es la vida, la paz es el camino. Preservarla significa conjurar la intervención extranjera. Esta cuestión es una labor de toda la ciudadanía.
Fortalecer una agenda marcada por matrices  orientadas a propiciar una agresión militar extranjera es un atentado a la vida y a la Nación.
Quienes hacen eso no pueden esperar del Chavismo la inercia cobarde ni la entrega incondicional. Ante ese desafío la batalla será hasta las últimas consecuencias.
Por Constituyente
Fernando E. Rivero O.
@friveroosuna

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