¿Quién financia el terrorismo?

Hasta ahora no hay una voz que condene esta prácticas

Publicado: 13/10/2023 08:00 PM

Detrás de las guerras que vive el mundo, opera una gran estructura en EEUU de formación y mantenimiento de grupos terroristas en sus zonas de interés. Hemos visto frente a nuestros ojos los escenarios más dantescos en Ucrania y en Palestina producto del objetivo imperialista de controlar el planeta.

Para esto, han creado una red organizativa que se encarga de esta misión; en julio de 2002, luego del ataque a las Torres Gemelas, el Gobierno de EEUU pretendió justificar  ante el mundo la formación y financiamiento de grupos extremistas que estuvieran en disposición de defender sus intereses y para ello la Casa Blanca redactó un documento llamado Estrategia Nacional para la Seguridad del Territorio Nacional cuyo propósito es “movilizar y organizar a su país para proteger al territorio nacional de Estados Unidos de ataques terroristas”.

Así pues, el documento presenta a la nación estadounidense como una víctima de ataques permanentes y es por esto que está obligado a defenderse, así plantea que “a no ser que tomemos medidas para prevenirla, una nueva ola de terrorismo, que potencialmente involucre las armas más destructivas del mundo, se asoma en el futuro de Estados Unidos. Es un reto tan formidable como cualquiera que nuestro país haya enfrentado jamás, pero no estamos atemorizados, poseemos la determinación y los recursos para vencer a nuestros enemigos y proteger a nuestro territorio de las amenazas que puedan representar”.

Respecto a los grupos en los que hace énfasis, el documento sostiene que “Al Qaeda es la amenaza más inmediata y seria contra EEUU a pesar de nuestro éxito en desbaratar su red en Afganistán y en otras partes. Otras organizaciones terroristas internacionales, además de los grupos terroristas nacionales, tienen la voluntad y capacidad de atacar a nuestra nación”.

Ahora bien, contrario a lo expresado en la publicación de la Casa Blanca, el escritor, analista y exagente ruso de contraespionaje del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Daniel Estulin, reveló en su libro llamado Fuera de Control  información en la que señala a EEUU y a sus socios: Reino Unido, Arabia Saudita e Israel, como promotores y financistas del terrorismo islamista con el objetivo de desestabilizar Medio Oriente y el norte de África, desde Siria, Irak, Líbano, Yemen hasta Libia.

Incluso, Estulin en su libro aseguró que “confirmamos que la lucha contra el terrorismo es una quimera cuando conocimos en 2008 al analista y banquero estadounidense Bradley Birkenfeld quien trabajaba para el Banco Suizo UBS y descubrió 19 mil cuentas secretas en dicha entidad, que acumulaban 54 mil millones de dólares, unas cuentas que compartían el gobierno norteamericano, el británico, el saudita y las organizaciones terroristas”.

Añade el escritor que “Birkenfeld se dirigió al Departamento de Justicia de Estados Unidos para declarar sobre este asunto y el gobierno le permitió testificar en una sesión cerrada del Senado de EEUU, en la que estaba presente el entonces senador Barack Obama, quien años después, ya como presidente, Obama declaró que no entiende de dónde sacan el dinero los terroristas; yo sé que hay mucho idiotas pero no todos los somos”, enfatizó el banquero.

Más adelante Estulin explicó que “los rusos son los únicos que realmente están luchando contra el terrorismo. Ni EEUU ni Gran Bretaña ni Arabia Saudita han tenido ninguna intención de luchar contra el Estado Islámico. Han usado la supuesta guerra contra el ISIS para minar y destruir el régimen de Bashar al Assad y destruir Siria como Estado-Nación para producir un cambio de gobierno y poner a alguien más amable con los intereses anglo estadounidenses” destacó el escritor.

Por otro lado, un artículo publicado por la BBC Mundo, en abril del 2015, llamado Cómo Estados Unidos contribuyó a la creación de Estado Islámico detalló que “el grupo extremista más fuerte de la actualidad, el Estado Islámico, nació en el que debió ser el más improbable de los lugares: una prisión estadounidense en el desierto de Irak. Así lo afirmaron los analistas y los comandantes a cargo de la instalación y los soldados que trabajaron en ella”. Tras la invasión de Irak, las fuerzas británicas la llamaron Camp Freddy y luego en abril de 2003, cuando los estadounidenses tomaron el control del campo de detención, lo rebautizaron Camp Bucca en honor a Ronald Bucca, un jefe de bomberos de Nueva York que murió por las labores de rescate tras el ataque del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.

Para poner en contexto, la prisión Camp Bucca está situada a las afueras de la ciudad sureña de Basora, fue considerada la cárcel modelo de EEUU, con unidades habitacionales de cemento y techo de madera, actividades gestionadas por los propios reclusos, y derecho a visita familiar y atención médica. Por sus instalaciones pasaron, entre otros, nueve miembros de la cúpula del Estado Islámico, de acuerdo al informe The Islamic State, de Soufan Group, una organización que ofrece servicios estratégicos de inteligencia de seguridad a gobiernos y multinacionales, publicado en noviembre de 2007.

Además, la BBC Mundo informó en su artículo que el líder del grupo yihadista Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa y líder de todos los musulmanes, permaneció en Camp Bucca cinco años y declaró que “la prisión se convirtió en una Universidad virtual de terroristas".

Más adelante, casi con las mismas palabras, ya lo había reconocido el general que lideró la operación de EEUU en Irak, David Petraeus comentando que "estos extremistas estaban básicamente gestionando una Universidad para entrenar terroristas en nuestras propias instalaciones", añadió además que "estábamos liberando a individuos que eran más radicales que cuando llegaron a Camp Bucca", admitió el general.

Años más tarde, en diciembre de 2016, la ex candidata presidencial del Partido Verde de EEUU, Jill Stein acusó a Washington de respaldar a grupos terroristas cuando ello sirve a sus intereses: “por si no lo saben, EEUU financia y arma a grupos terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico cuando los necesita para perturbar un país”, escribió Stein en su cuenta de Twitter.

Durante el proceso electoral en Norteamérica, la ex candidata Stein fue crítica a las políticas de Washington señalando que “EEUU y algunos de sus aliados regionales, en particular Arabia Saudí y Qatar, han estado armando y financiando a los grupos terroristas que han estado luchando contra el gobierno sirio durante casi seis años”.

También, en 2017 el fundador de Wiki Leaks, Julian Assange reveló en una entrevista con el periodista australiano John Pilger un correo electrónico que demostraba que “quienes financian al ISIS son los mismos que financian la Fundación Clinton” y añadió que “en el correo enviado por Hillary Clinton a su jefe de campaña John Podesta, la excandidata manifestó que el Estado Islámico es financiado por los gobiernos de Arabia Saudita y Qatar y que ese dinero está repartido por todas partes, incluyendo a medios de comunicación”.

En la misma entrevista, Assange señaló que Hillary Clinton “es un elemento central y representativo del “establishment” estadounidense o el llamado el Consenso de Washington y sus influencias, es un centralizador, hay un montón de engranajes en el mecanismo: desde grandes bancos como Goldman Sachs hasta accionistas de Wall Street, pasando por los servicios de inteligencia, personal del Departamento de  Estado, los sauditas, entre otros” aseguró el periodista.

Evidentemente, la misma historia tiene el grupo armado Hamás. De acuerdo con una investigación publicada en 2009 por el Diario ABC de España, llamado Hamás, una “criatura” israelí, se reveló que Israel financió, directa e indirectamente, entre la década de los 60 y mediados de los 80 a la organización con la intención de convertirla en un contrapeso político a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat.

De igual manera, se pudo conocer en una entrevista publicada por el diario italiano Corriere della Sera en 2001 que se consideran testimonio y es que el Movimiento de Resistencia Islámica es prácticamente un hijo de Israel; Arafat, el histórico líder palestino destalló que “Hamás es una criatura de Israel, y en tiempos del primer ministro Isaac Shamir le dio dinero y más de 700 instituciones entre colegios, universidades, mezquitas... Incluso, Isaac Rabin terminó admitiéndolo cuando le acusé de ello, en presencia del presidente egipcio Hosni Mubarak”, estas palabras suyas pronunciadas a la sombra del enfrentamiento mortal que ambos han mantenido durante décadas, no han faltado voces que consignan que Hamás está siendo a Tel Aviv lo que Irak ha supuesto para Washington. Y es que Israel financió directa e indirectamente, entre la década de los 60 y hasta mediados de los 80 a la organización que hoy combate en Gaza, precisamente con la intención de convertirla en un contrapeso político al nacionalismo de la OLP de Arafat.

También, el periodista estadounidense Richard Sale, basándose en documentos del Instituto Internacional de Políticas Antiterroristas del Estado Judío, y coincidiendo en sus conclusiones con el experto en conflictos bélicos Anthony Cordesman informó que “altos funcionarios americanos, particularmente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), han confirmado estos hechos que Israel prefiere olvidar, pero que sustancian investigaciones del Centro de Estudios Estratégicos de Haifa o de EEUU, que develan que “la ayuda de Israel a Hamás fue un intento claro de dividir y diluir el apoyo a una OLP fuerte y laica oponiéndole una alternativa religiosa”, incluso sostiene que los orígenes remotos de Hamás se remontan al momento posterior a la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando células de la Hermandad Musulmana de Egipto desplegaron sus eficaces actividades de educación y apostolado en los países árabes vencidos por Israel.

Por otra parte, Matthew Levitt, Subsecretario de Inteligencia del Tesoro de EEUU, asesor del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y autor del libro Hamás, señaló que Israel permitió doblar el número de mezquitas en Gaza entre 1967 y 1986. En el libro detalla que el primer ministro hebreo Menajem Beguin empezó en 1978 a pagar sueldos y a captar palestinos islámicos opuestos a la OLP entre esas ligas aldeanas herederas de los Hermanos Musulmanes, de las que nació Hamás.

Luego en 2006, tras la evacuación de Gaza, Occidente, como en Irak llevó a elecciones a los palestinos, que celebraron unas votaciones limpias, certificadas por observadores internacionales. Este proceso electoral lo ganó Hamás, con una mayoría de 74 diputados frente a los 45 de la Fatah que fundó y dirigió Arafat. A cambio de su participación como fuerza política, los islamistas recibieron el embargo asfixiante de Israel, de EEUU y la Comunidad Internacional.

Esto, al principio le funcionó porque Hamas se dedicó a combatir a la OLP, solo que igual que le pasó a los gringos con Al Qaeda, Hamas surge como un ala de la hermandad musulmana como Al Qaeda, el ISIS y el Estado Islámico, a los que los gobiernos de Israel apoyaba en Siria e Irak mientras masacraban a cristianos y musulmanes por igual incluyendo de nacionalidad israelí.

Es importante tener en cuenta que las tierras bíblicas que ahora comprenden Israel y los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza, desde 1948, cuando se estableció el Estado de Israel, tanto israelíes como palestinos han reclamado el mismo territorio.

Es así como la causa palestina estuvo liderada durante décadas por la OLP, a la que Israel consideraba una organización terrorista y trató de aplastar hasta la década de 1990, cuando esta organización abandonó su promesa de destruir el Estado Judío, tal como ahora lo hace el grupo Hamas, liderado por militantes islamistas que se niegan a reconocer a Israel y que prometieron continuar la resistencia a favor de la liberación del pueblo palestino.

 

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO

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