Salvador Allende: Valentía y dignidad que florece en los pueblos de nuestra América
Publicado: 26/06/2020 08:00 AM
"Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su
destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición
pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde,
de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para
construir una sociedad mejor."
Estas fueron las últimas palabras del presidente mártir,
Salvador Allende, nacido el 26 de junio de 1908, en la ciudad de Santiago de
Chile, quien encabezó la primera revolución socialista que ascendía al poder
mediante el voto.
De profesión médico cirujano, Allende nunca ocultó su
afinidad con las luchas de los humildes, característica que lo llevó a estudiar
las doctrinas socialistas y a formar parte del Partido Socialista de Chile, del
cual fue fundador y promotor de su activa participación en la escena electoral.
Durante esta actividad política ocupó diversos cargos en el
Estado chileno, siendo senador del Congreso, donde llega a presidir esta cámara
alta, y posteriormente tras su participación en varias elecciones como
candidato presidencial, el 4 de septiembre de 1970, es electo por la mayoría
del pueblo chileno.
Cumpliendo con sus promesas y como fiel creyente en la
justicia social, inicia una serie de acciones dirigidas a favorecer al pueblo
lo cual despierta la ira del imperialismo y la burguesía chilena, que, inician
una escalada de acciones injerencistas y desestabilizadoras para como "hacer
chillar a la economía chilena".
Tras varios años de resistencia por parte de este insigne
revolucionario y la mayoría del pueblo chileno, el 11 de septiembre de 1973, se
gesta la traición dentro de la Fuerzas Armadas, y se suscita el golpe de Estado
liderado por el agente de la CIA, Augusto Pinochet, quien ante la negativa de
Allende de renunciar y abandonar el país, ordena el bombardeo de Palacio
Presidencial de la Moneda, donde perece el Presidente mártir.
A 112 años del nacimiento de este faro de dignidad y valentía, los pueblos de nuestra América, alzan sus manos de gigante para con la misma fuerza que este hombre de paz empuñó el fúsil para defender las causas de los pueblo en La Moneda, combatir al imperialismo hasta alcanzar la victoria.