Santiago Mariño: Rayo que encendió la llamarada de un pueblo indomable

En 1835, dirigió la denominada 'revolución de las reformas' que buscaba reivindicar el nombre del Libertador Simón Bolívar y reconstruir la Gran Colombia
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Publicado: 04/09/2019 08:00 AM

El 4 de septiembre de 1854, muere el General en Jefe Santiago Mariño, caudillo oriental que se destacó por su fuerza y capacidad para destronar ejércitos enemigos en la lucha por la emancipación de nuestra América. 

Nacido el 25 de julio de 1778, en el seno de una de las familias más distinguidas de la Venezuela colonial, desde muy joven se decantó por las ideas libertarias, sentimiento que lo llevó a unirse al naciente movimiento independentista que se gestaba en una juventud que anhelaba hacer historia y emanciparse del dominio español. 

Es así como con tan solo 22 años de edad, le fue encomendado por el ayuntamiento de Cumaná la tarea de buscar el apoyo para las causas patriotas. Nacida la Primera República se le encarga de dominar la insurrección surgida en la provincia de Guayana

Tras la caída de este primer intento de nación libre, se refugia en Trinidad y encabezó una expedición contra los realistas del oriente venezolano, que, casi sin armas, invadió desde el islote de Chacachacare el 12 de enero de 1813

Su espíritu indómito, lo convirtieron en un guerrero incansable que combatió en diversas batallas donde se hizo con el triunfo. Con la caída de la Segunda República, se une a la Expedición de los Cayos, donde es designado como segundo jefe del ejército libertador que comandaba Simón Bolívar

Bajo las ordenes del Libertador, es nombrado Jefe del Estado Mayor en la Batalla de Carabobo, donde las fuerzas patriotas obtienen un aplastante triunfo que selló la Independencia de los territorios que correspondía a la Capitanía General de Venezuela. 

En 1824, fue designado en Caracas presidente del Consejo de Guerra de Oficiales Generales que debía juzgar la conducta del general de brigada Lino de Clemente en la pérdida de Maracaibo en 1823. En 1826 el Congreso de Colombia lo designó con el importante cargo de ministro juez de la Alta Corte, función que no pudo ejercer al estallar en Venezuela el movimiento separatista de La Cosiata al que se unió junto a José Antonio Páez.

Con los primeros síntomas de separación de la República de la Gran Colombia, permaneció al lado del general José Antonio Páez.

 En 1835, dirigió la denominada "Revolución de las Reformas" que derrocó al presidente José María Vargas Con los primeros síntomas de separación de la República de la Gran Colombia, permaneció al lado del general José Antonio Páez.

 En 1835, dirigió la denominada 'revolución de las reformas' que derrocó al presidente José María Vargas la cual tenía como objetivos establecer el fuero militar, la religión del Estado, reivindicar el nombre del Libertador Simón Bolívar y reconstruir la Gran Colombia, movimiento que fue traicionado por Páez que tras afianzarse nuevamente en el poder, lo expulsa teniendo que exiliarse en Trinidad desde donde retorna en 1848 a petición del presidente José Tadeo Monagas

Tras su regreso y luego de haber batallado contra la insurrección de Páez, Mariño inicia una nueva propuesta revolucionaria que es derrotada, cayendo prisionero y siendo liberado poco tiempo después. Tras estas derrotas y el cansancio que este guerreo había acumulado durante décadas de batallar, decide retirarse de la vida política y militar, confinándose al cuidado de una tierras que tenía en La Victoria, Aragua, donde muere tal día como hoy. 

A 165 años de la partida física de este leal soldado de las causas bolivarianas, el pueblo venezolano se nutre del espíritu de esta guerrero indómito que es ejemplo de la fiereza y determinación que guía a los nacidos en este tierra cuna de la libertad suramericana. 



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