¡Sin cuento! Sepa quién fue Isaías Medina Angarita

"Durante su interrumpido cuatrienio existió el derecho pleno al ejercicio de todas las garantías y derechos constitucionales, el ejercicio de las libertades civiles fue promovido y protegido en todos los ámbitos de la vida pública y privada"
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Publicado: 17/09/2019 10:07 AM

Isaías Medina Angarita fue un estadista de ideas avanzadas y espíritu progresista a quien, durante su gobierno, debemos la legalización del Partido Comunista de Venezuela, la construcción del complejo urbanístico “El Silencio”, la construcción  de la Ciudad Universitaria de Caracas (campus de la UCV), y el más significativo de los logros fue la Ley de hidrocarburos del 13 de marzo de 1943.

Esta ley abrió el paso a una nueva política energética para el beneficio del país. Permitió superar las antiguas ventajas exorbitantes que el vetusto régimen gomecista otorgó a las transnacionales petroleras. Desde su entrada en vigor obligó a las compañías extranjeras a refinar crudo en Venezuela. Se estableció  en la práctica una relación de ganancias del 43% para el Estado y 57% para las concesionarias de la extracción de petróleo; así como un 12 % del impuesto sobre la renta.

Aprovechando la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Medina,  hizo aumentar significativamente la producción de crudo,  fomentó el desarrollo de los grandes complejos industriales de refinación de Punta Cardón y Amuay; los cuales sirvieron de resorte para apalancar los proyectos de industrias básicas y pesadas del bajo Caroní; que  dio vida a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). 

Derrotó a Don Rómulo Gallegos en las elecciones presidenciales de 1941 por 120 votos a su favor contra 13 que obtuvo el escritor. Para ese entonces Venezuela contaba con 3.870.771 habitantes de los cuales 269.000 residían en Caracas. El presupuesto nacional era de 300.000.000,00 de bolívares.

También se debe a Isaías Medina Angarita la primera Ley del Seguro Social Obligatorio, el inicio del Sistema Nacional de Identificación y Extranjería,  la firma del primer contrato colectivo petrolero,  la construcción de modernísimos planteles educativos, promovió la organización de  la clase obrera a través de los sindicatos, estableció la elección directa de diputados y otorgó por primera vez el derecho al voto de la mujer. En tan solo cuatro años casi logro erradicar el analfabetismo.

Durante su interrumpido cuatrienio existió el derecho pleno al ejercicio de todas las garantías y derechos constitucionales, el ejercicio de las libertades civiles fue promovido y protegido en todos los ámbitos de la vida pública y privada.

Fue en   1939,  durante su gestión como Ministro de Guerra y Marina, y por anuencia de Eleazar López Contreras, que los barcos Caribia y Konigstein pudieron desembarcar en nuestros puertos a 251 hermanos judíos que junto con sus familias huían del holocausto nazi.

Previamente el gobierno alemán se había comunicado con todos los gobiernos de la región advirtiendo que no dejarán desembarcar pasajeros judíos.

Estas naves fueron rechazadas en los puertos de Brasil, Barbados, Curazao, República Dominicana, Trinidad, y las Guayanas Holandesa y Británica. De haber retornado a su puerto de origen, en Hamburgo, sus pasajeros hubieran tenido como destino final los campos de concentración y exterminio del Tercer Reich.

De no haber sido interrumpido abruptamente su brillante gestión de gobierno, por el inefable sectarismo del energúmeno de  Rómulo Betancourt con  sus cabilleros y facciosos, de seguro la historia patria se habría ahorrado episodios tan grotescos como los que Acción Democrática protagonizó en los asesinatos de líderes estudiantiles, así como la  entrega reiterada, alevosa y antipatriótica de nuestro territorio y sus recursos.

 Se acaban de cumplir 66 años de del vuelo del Presidente Isaías Medina Angarita  al cielo de los justos, donde sigue impartiéndonos lecciones de pluralidad, debate abierto de ideas, dialogo, convivencia y sana paz democrática. 

Nuestra revolución bolivariana lo recuerda, y atesora su memoria, como ejemplo de un estadista respetable que siempre antepuso  el amor a  su patria por encima de los intereses de las potencias extranjeras.

¡Honor a quien honor merece!

¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!

 

ALEJANDRO CARRILLO GARCÍA

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